sábado, 11 de julio de 2009

MILAGRO DEL PADRE MARIO

El último milagro realizado en vida por el Padre Mario fue en la sala de Terapia Intensiva del Sanatorio de la Santísima Trinidad, donde estaba internado en Agosto de 1992 por una deficiencia cardiaca, la que sumada a su crónico problema respiratorio desencadenaría su fallecimiento.
Separada del sacerdote por un biombo estaba la joven norteamericana Amanda Salas. Mandy, una estudiante de intercambio de 16 años, se había visto envuelta en un accidente automovilístico que provocó una lesión en su médula espinal. La joven estaba parapléjica y debía ser asistida con respirador artificial, y los médicos consideraban que las lesiones eran irreversibles.
Cuando el Padre Mario se enteró de esta situación, pidió que su secretaria le entregara una foto de la chica y que retiraran el biombo que los separaba. Desde su cama el padre levantaba su mano temblorosa y bendecía a Mandy. Poco antes de morir, le dijo a su secretaria que él "se iba a ir", pero que la chica "se iba a quedar", agregando que volvería a tener movilidad en "un año y medio o dos".
Con el tiempo, Mandy fue trasladada a la ciudad de San Diego, California, junto a su familia, y al poco tiempo no sólo logró abandonar el respirador, sino que pudo comenzar a mover sus dedos e incluso pararse de su silla de ruedas.
La misma Mandy cuenta que una vez en San Diego, acompañó a sus amigas a consultar a una adivina. Apenas la vio, esta mujer le dijo que "un hombre mayor, un sacerdote ya fallecido, la estaba cuidando y dándole ánimos permanentemente". Esta vidente desconocía lo que había ocurrido a Mandy en Argentina.

No hay comentarios:

Publicar un comentario